Speaking of academic fraudsters, I’m afraid that in Spain we have our very own versions of them–less ironically sophisticated. And, no doubt, accepted with a very different degree of tolerance. See for example the case of Juan Manuel Corchado–who, by the way, was recently elected Chancellor of the Universidad de Salamanca:
Las trampas de Corchado eran muy burdas. Hacía resúmenes de sus conferencias, añadía una cantidad hiperbólica de autocitas y los subía al repositorio científico de su universidad. El catedrático sabía que el motor de búsqueda de Google Académico detectaba esos documentos y los tenía en cuenta para elaborar sus indicadores, según los cuales Corchado es uno de los expertos en inteligencia artificial más citados del mundo. En un texto de dos páginas de una conferencia en Chennai (India), se citó a sí mismo 200 veces. En otra charla para la Universidad de Tecnología de Malasia, Corchado incluyó más de 150 autocitas. El profesor también subía al repositorio seudoestudios científicos, como un documento de cuatro párrafos sobre la covid con un centenar de referencias a sí mismo. Justo cuando EL PAÍS comenzó a preguntar a su entorno por estas prácticas, Corchado ejecutó un borrado masivo de sus publicaciones más controvertidas.